Miércoles 13: Mathausen, donde nació el horror

Amanece en Melk y la primera que viene a saludarnos es la lluvia. Ha estado toda la semana apareciendo intermitentemente pero hoy tiene pinta de que ha venido para quedarse. El desayuno es muy sencillo, como el hotel, pero aquí por lo menos tienen un tostador para las tostadas.

Terminamos, ducha, vestirnos y nos vamos al paseo que se nos quedó ayer pendiente por la excitación de ver la nutria. Nada, un paseíto agradable bajo la lluvia que termina en el embarcadero de Melk en el Danubio. En una casa se pueden ver las marcas de las mayores inundaciones provocadas por el río. La mayor, hace muchos años, está a varios metros sobre nuestras cabezas. Y la de 2002, relativamente reciente, impresiona por eso mismo.


Cogemos el coche; es temprano así que llegaremos pronto a Linz, siguiente parada de nuestro camino. Sin embargo, otro visitante nos aparece en la carretera alegrándonos nuestro camino y animándonos a no correr a pesar de la calidad de las carreteras austríacas: ¡¡está nevando!!

Y en este punto, los mochileros ven un cartel que nadie podría dejar pasar y empiezan a pergeñar una visita no preparada: Mauthausen, el más terrible de los horrores de la humanidad. Hablar de la historia del campo llevaría horas y en cualquier sitio tenemos la fatal información del lugar. Nosotros sólo queremos expresar lo que sentimos aquí: pena, horror, desolación y la pregunta de que si a la humanidad le preocupa la humanidad. La respuesta entre estos muros en NO. Pero que sirva esta infamia para recordarnos lo que somos capaces de hacer tan cruelmente... Y que sirva para que las futuras generaciones aboguen por la Paz y el Nunca Más.


El campo está antes de llegar a Linz, en dirección a Perg, y antes de llegar al pueblo aparece un cartel en la carretera que anuncia: "KZ Memorial Mauthausen". Desde aquí, todo recto hasta que llegas a una enorme pared que rodea el campo. Por la izquierda, se llega a la cantera y a sus fatídicas escaleras. A la derecha, el parking y el centro de visitantes... Enfrente, la puerta del infierno.


Tras un sobrecogedor recorrido, salimos del campo en dirección Linz... Incluso la nieve ahora no parece tan alegre. Linz es una ciudad muy industrial situada en el centro del país y a orillas del Danubio, el cual la parte en dos. Llegamos al hotel, checkin, aparcar al Clio y a comer a un italiano del centro comercial que hay al lado.


Bajando la Hauptstrasse se llega al Danubio, pasando el Ars Electronica Center y dejando a la izquierda los museos para llegar a la Hauptplatz con la Columna de la Trinidad en el medio, hoy en obras. Seguimos palante y llegamos a la Landstrasse, vamos a ver, es como la Gran Vía pero sin tanta gente. Está llena de tiendas y comercios de todo tipo: todo el que tenga que comprar algo en Austria, viene aquí, seguro. Además, hay un par de iglesias monas y unos edificios con encanto, pero no parece lo más bonito de nuestro viaje.


Momento ideal para un café, comprar unos gayumbos largos y volver a escribir al hotel. Un pequeño descanso, otro italiano para cenar y a prepararse para los lagos.


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