Sábado 16: pequeña pero preciosa Klagenfurt
Hemos leído en la quía que Klagenfurt, nuestro destino de hoy, no es muy turístico pero que está rodeado de montañas y de un famoso lago así que vamos a cambiar la ruta. Bajamos a desayunar, nos despedimos de los japos y mientras Sonia hace el checkout, yo voy a por el Clio: en el parking, el mejor momento para vacilar un poco a un austríaco nervioso. Debe ser el único porque aquí nadie pierde los nervios. Recojo a Soni y el Clio nos pone en camino: como decíamos, haremos escala en Velden y luego en el lago pero antes, nos da tiempo a enamorarnos de los prados, abetos y montañas totalmente blancas. Esta noche ha nevado de lo lindo y el paisaje parece de postal. Por lo visto, en España también nieva.
Para cruzar los peajes, hay un telepeaje especial llamado "vignette" que en AVIS tenemos incluido pero al llegar al peaje, la "vignette" no vale un cagao y tenemos que pagar. No sabemos que ha pasado. La croata...
Según llegamos al Lago Wörthersee, la nieve amaina y sube la temperatura con lo que ahora el monte se llena de tonos rojizos, pardos y marrones. Con el contraste del lago, una nueva imagen divina. Llegamos a Velden y a la región de Carintia, que debe ser la Moraleja austríaca porque sólo es una calle llena de hoteles que en verano debe estar a reventar. Además, todos los accesos al lago son privados así que nos vamos a ver si podemos llegar al agua en otro puerto. Seguimos hacia adelante hasta un sitio llamado Saab donde un querubín se está echando el cigarrito de las once escondido del jefe, el cual nos dice que llegar al lago es muy difícil. Nos da unas indicaciones pero Soni ve en la guía que cerca hay un sitio chulo con acceso al lago: María Worth, con una iglesia en una pequeña península y que además está cerca de Klagenfurt.
María Worth es pequeño pero cuco y por fin llegamos al agua pero en 5 minutos has visto la iglesia, el embarcadero y los miles de hoteleazos y casazas que hay así que damos por concluida la visita a Wörthersee.
Y vamos directos a Klagenfurt, ciudad medieval que enseña mucho más de lo que dicen las guías, aunque es bastante pequeña, con 100mil habitantes. Llegamos al Carinthia Stadthotel, aparcamos en casa Cristo y a ver la ciudad. La verdad es que estamos a 5 minutos andando del Centro y cuando llegamos parece que nos recibe Papá Noel. aquí ya ha llegado la Navidad. Calles engalanadas, enorme mercadillo en el centro de la plaza, guirnaldas, gente cantando villancicos... Sí, aquí ya es Navidad.
Vemos una fuente de un enano, el escudo de la ciudad para la Euro 2008 con los de sus hermanadas ciudades y el citado mercadillo. Pero antes de meternos en la vorágine de Santa Claus, a comer, que desde los japos no hemos probado bocado. El elegido es un garito bávaro, Zum Augustin, donde seguimos la dieta de los empanados y la birra que tan bien le está yendo a nuestros michelines. Como siempre, salimos inflados a andar: ya va apeteciendo un sandwich club ligerito.
En una hora y poco has visto las 3 calles y las plazas del centro, con las dos iglesisas y la Rathaus de todos los sitios así que parece el lugar perfecto para hacer compras de Navidad. El mercadillo nos llevará un rato largo... Nos deja a punto de caramelo para descansar un rato antes de la cena.
Parece que por aquí son famosos los garitos bávaros porque Siri nos recomienda una réplica del HB de Munich para cenar. No es lo mismo porque las jarras son de medio litro pero nos vale igualmente. Tras esto, cafelito en un café de la plaza y a dormir que mañana...
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